De cerca: Luca Giovanella.

- ¿A quién no le gustaría ver juntos en el Celta a los herederos de leyendas célticas como Mazinho, Everton Giovanella o Aleksandr Mstovoi?. Pues algunos de ellos tienen su pasado celeste. Rafinha Alcántara juega a día de hoy para el equipo vigués, mientras que Sacha Mostovoi tuvo su oportunidad en las categorías menores. En estas también estuvo Gianluca Giovanella Stoll, hijo del gran Everton.

Además de su formación en el Real Club Celta de Vigo, Luca porbó fortuna en el Sabadell, donde estuvo jugando para su filial, antes de que regresara a la Brasil natal de su progenitor para fichar por el Clube Esportivo Lajeadense, su actual club.
Seguramente haya aprendido muchas cosas de su padre, un hombre que en Vigo dejó huella por su profesionalidad y por formar parte de una de las mejores épocas de la historia céltica. Su hijo actúa también por la línea de medios, en la que ha llamado la atención de los curiosos por el gran parecido con su padre, tanto físico como en la forma de jugar.

Es un futbolista joven que sabe "mimar" el balón, menudo pero con buen físico, un pulmón e inteligente en todos sus movimientos. Tal vez le falte confianza, algo que bien le pudo venir para llegar a jugar con el primer equipo del Celta.

Se podría decir que el pequeño Giovanella es un vigués más pese a que nació en Salamanca el 17 de febrero de 1999. Fue cuando Everton militaba en el Salamanca, muy poquito antes de ingresar en la entidad olívica. Vamos, que Luca no nació en tierras gallegas por los pelos.
Sin embargo sí disfrutó de toda su juventud en Vigo, además de su conocida estancia en las filas menores del club de Balaídos, donde llegó a compartir cancha con futbolistas de brillante futuro, entre los que también figuraba Stefan, otro hijo de ídolo con pasado celeste como fue Srdjan Bajcetic.

Durante casi una década le esperarían años felices al vástago del gran mediocampista brasileño. La familia Giovanella, que venía de vivir unos años en Brasil tras la retirada de Everton, retornó a Vigo, una ciudad que les tiene enamorados.

Luca ingresaría en las filas del C.D. Areosa, donde iniciaría su trayectoria futbolística siempre respaldado por los sabios consejos de su padre. El Barça había mostrado gran interés en el joven centrocampista, que a partir del verano de 2013 pasaría a formar parte del fútbol base del R.C. Celta.
Empezó jugando para el Cadete B, con  el que no pudo acabar la temporada alegando unos problemas personales. Sin embargo, no tardaría en reincorporarse a la factoría de A Madroa para continuar jugando en el Cadete A, con la que ya desplegaría ese gran talento del que tanto hacían mención los medios.

En su retorno conquistaría el título de Liga y disputaría la fase final de la Copa Coca Cola, en una campaña en la que participó en una veintena de partidos y dejó su sello goleador en tres ocasiones.

Todo eran halagos para Luca Giovanella, que pronto daría el salto al segundo equipo juvenil, para el que disputaría otros veinte partidos a las órdenes de José Tizón. Todo pintaba bien y muchos ya veían al joven salmantino en el filial directo del Celta, pero una oportunidad en tierras catalanas haría que el joven mediocampista abandonase Galicia, su segundo hogar.

Una vez lejos de Vigo, Luca Giovanella probó suerte en el Sabadell y retornó a Brasil.

- Giovanella se incorporaría al Centre d'Esports Sabadell en el verano de 2018, en principio para militar en el equipo filial. En el club barcelonés aguantaría hasta el mes de enero de 2019, participando en una docena de partidos en los que poco se pudo observar de él, aunque debió dejar algún detalle de su calidad.

Volvería una vez más a la Brasil natal de su progenitor, esta vez para fichar por el modesto Lajeadense. No deberíamos descartar su regreso a España, así como tampoco deberíamos dejar de soñar con verle luciendo la celeste del primer equipo, como antaño hiciera el inolvidable Everton.