martes, 10 de diciembre de 2019

De cerca: Iago Aspas.



- Para inaugurar Fútbol Gallego no se me ocurriría nadie mejor. Es mi mayor ídolo, un futbolista diferente, un mito celeste que aún está en activo y que ya se acerca a los cien goles en Primera División. Los números señalan que Iago es el mejor delantero español, pues suyos son los tres últimos "Trofeos Zarra" que designan al moañés como el máximo goleador nacional.

Internacional con la selección española, acudió a la Copa del Mundo de Rusia 2018, en la que dejó  huella haciendo un golazo de tacón ante Marruecos. Para España hizo seis tantos en diecisiete partidos, y también jugó para la selección galega.
Su intención es retirarse con el Celta, club donde pasó casi toda su carrera a excepción de su decepcionante paso por equipos como Sevilla y Liverpool. Retornó a Vigo para jamás marcharse pese a las ofertas que siguieron llegando a la sede celtiña. En su tierra es "El Príncipe de las Bateas".

Iago Aspas Juncal es "Príncipe" y "Dios", o el "Crack de Moaña, como muchos también le apodan. Hijo de una familia celtista y humilde, nació el 1 de agosto de 1987 en Moaña (Pontevedra). Siempre tuvo el apoyo de su familia. Su madre no se pierde un partido, aunque tenga que viajar lejos. Jonatahan es su hermano mayor, quien hace unos años aún jugaba al fútbol tras pasar también por el Real Club Celta de Vigo.
Le he visto criarse en la cantera del Celta, por lo que sé muy bien de qué clase de jugador estamos tratando. Iago siempre destacó entre los pequeños futbolistas de las secciones menores del club. Tenía algo especial, algo que ya asomaba un futuro prometedor. De una técnica exquisita y una garra sorprendente, este atacante siempre reunió todas las condiciones para triunfar en el fútbol. Le vimos muchas veces actuando como extremo, delantero e incluso como mediapunta. A Aspas le gusta jugar cerca de la portería rival, pues es todo magia con el balón en los pies. Tiene pase y mucho gol. Experto en lanzamientos a balón parado, posee un guante en su pierna izquierda, aunque sabe usar la derecha para encontrar portería con facilidad. Hace goles con ambas piernas, de cabeza, de tacón y hasta le vimos hacer uno con la mano, como el mismísimo Maradona.

Es un gustoso del fútbol, un amante y admirador de este deporte que tanto le está dando y al que tanto está aportando. Conocedor y experto en la materia, Iago Aspas es un estandarte histórico del Celta pese a que aún le quedan años de fútbol eso seguro.

Ama al Celta por encima de todo y un orgullo para Galicia, aunque su primer equipo fue el Club Deportivo Moaña, equipo cuyo estadio ya lleva su nombre. Allí empezó a dar sus primeras patadas hasta que con nueve años ingresó en las categorías menores del Real Club Celta.
Finales de los años noventa. Iago ya sueña con ser como Aleksandr Mostovoi, ídolo de su infancia que tanto aportó a la historia del Celta. En la factoría celeste crecería junto a otros talentos de la tierra y serviría de ejemplo para muchos otros futbolistas que a día de hoy comparten cancha junto a él en Balaídos.

Progresó por las categorías menores hasta que le llegó la gran oportunidad de llegar al primer equipo, y es que ese era su sueño, como bien podemos contemplar en un vídeo en el que un niño suplicaba jugar siempre en el Celta. Aquel sueño se haría realidad y, tras lucir su calidad en Barreiro con el Celta B, Fernando Vázquez contaría con él en sus convocatorias.

Aspas celebra uno de sus muchos goles en Primera.
- Aspas coincidiría en los campos de entrenamiento con su hermano Jonathan y a punto estuvo de debutar en la Europa League durante el curso 2006\07. Finalmente no pudo ser, y la perla moañesa debería aguardar un año en hacer realidad ese sueño, cuando el Celta había descendido a Segunda División hundido económicamente.
Fue Alejandro Menéndez quien le permitió jugar sus primeros minutos con el primer equipo, sucesor de Hristo Stoichkov en el banquillo. Ocurrió el 8 de junio de 2008. Un Iago de apenas veinte años, saldría como titular en El Helmántico para medirse al Salamanca en la penúltima jornada de la Segunda División. Su estreno sería aguado con una derrota por 3-1.
Al Celta le aguardaban varios años en la categoría de plata, y para salir de ahí precisaba un héroe que devolviese al equipo al lugar que realmente merecía, la élite del fútbol español. Aún contaba para el filial durante el curso 2008\09, pero también iría contando con esporádicas apariciones para el primer equipo. Entonces surgiría la figura de Dios... el "Dios Celeste".

Día 6 de junio de 2009, como para olvidar esa fecha. El Celta, entrenado por Eusebio Sacristán, se jugaba la permanencia con el Deportivo Alavés, equipo que aguantaría el empate en Balaídos hasta los minutos finales.
Eusebio decidiría mandar calentar a Aspas, quien cerca del minuto sesenta ingresaría en el campo para escribir una nueva página en la historia del Celta. La afición agonizaba, pero Iago marcaría su primer tanto como celeste, que instantes después sería igualado por la escuadra alavesista. Aún así, en el último minuto de partido sentenciaría el de Moaña, lo que bien valió la salvación de su equipo (2-1).

Evitó el descenso del equipo a Segunda B y sirvió como llave del ascenso a Primera con un Celta de pronunciado acento gallego. En la temporada 2011\12, Iago se saca de la manga veintitrés goles que devolverían al Celta a Primera figurando él como el mejor delantero de la categoría.

Y llegaron los buenos tiempos. Iago comenzaría a marcar sus primeros goles en la máxima categoría, inaugurando su cuenta en la tercera jornada del curso 2012\13 ante Osasuna. Aquel día pude viajar a Vigo para ser testigo de su primer gol entre los grandes. Fue la primera victoria del equipo vigués en aquel retorno a Primera (2-0).

Iago Aspas está cerca de superar a Ramón Polo como máximo goleador histórico del Celta.

- El Celta lograría la permanencia al final del ejercicio con un Iago que había marcado doce tantos en su estreno en la élite. Entonces se alejó de Vigo ante la lluvia de ofertas por el crack de Moaña, saneando las arcas de un club necesitado para aterrizar en Inglaterra y así fichar por el Liverpool. Allí no le fue bien, y menos en su cesión al Sevilla. Lejos de su tierra no había suerte, y por eso decidió regresar al club de sus amores para convertirse en leyenda celeste.

Llegó a tiempo de vivir una etapa brillante con Berizzo. Hasta tres finales rozaría la escuadra celeste en los siguientes años, dos de Copa y la de la Europa League. Aspas seguiría haciendo goles, figurando durante tres campañas seguidas como el "Zarra" de la categoría (2017-2018-2019). Con esos tantos, el moañés consiguió la milagrosa permanencia en el curso 2018\19. Es el mejor goleador gallego de los últimos tiempos, a punto de superar a los mejores de la historia del Celta de Vigo con sus 140 dianas.


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