- Cuando hablamos de Gustavo López, hablamos de sentimiento celtista. Y todo gana más sentido si tenemos en cuenta que sus padres eran naturales de Lugo, ya que en su día emigraron a Argentina, donde nació este extremo izquierdo el 13 de abril de 1973, en la ciudad de Lanús (Buenos Aires). Tiene la espina clavada de no haberse retirado en el club que el adoraba, el Real Club Celta de Vigo.
Gustavo Adrián López Pablo se inicíó en el Independiente de Avellaneda argentino, el único club de su país, ya que el resto de equipos en los que jugó profesionalmente fueron españoles. Su primer partido fue frente a Boca Juniors, el 1 de diciembre de 1991, donde comenzó a sorprender con sus hábiles regates, su velocidad y sus centros al área. El partido acabó con empate a uno en el estadio de Independiente.
Gustavo López jugó 32 partidos para Argentina. |
En total, y antes de dar su salto a España, Gustavo López jugaría 74 partidos en el campeonato argentino, anotando 9 goles. En 1995 emprendería su aventura española, enrolándose en las filas del Real Zaragoza acompañado de su compatriota Sebastián "Avioncito Rambert", quien no tendría tanta suerte como él.
Su primer año en Zaragoza no fue del agrado del centrocampista argentino, el hecho de llegar en el mercado de invierno le impidió hacerse un hueco en el once titular pese a que ya comenzaba a mostrar esa clase que le caracterizaba. Gustavo era un hombre muy técnico, que como buen argentino, usaba la cabeza para algo más que para rematar, pensaba y elegía siempre la mejor opción en una jugada de ataque, ya sea para hacer uno de sus ingeniosos y rápidos regates o para realizar uno de sus centros medidos al área.
El año de su despegue definitivo hacia la gloria se produciría en la temporada 96\97, donde se hizo con un puesto en el equipo titular y se consolidó como uno de los grandes jugadores de la Liga Española. Ese mismo año realizó 13 asistencias, a sólo dos del mejor asistente de la liga, el croata Robert Jarni, jugador del Real Betis.
En 1999 llega Vigo por petición expresa de quien ya fuera su entrenador en el conjunto maño, Victor Fernández. Su debut en el Celta se produjo el 22 de agosto de 1999, frente al Real Oviedo en el Carlos Tartiere. Sería un partido en el que el Celta saldría derrotado por 1-0.
Marcó su primer tanto en Liga en un gran partido frente al Espanyol en Balaídos, el 24 de octubre del mismo año, el resultado final fue de 2-1 para los vigueses y Gustavo López ya estaba totalmente adaptado al conjunto céltico.
Durante sus ocho años de estancia en Vigo, vivió la cara bonita del fútbol, pero también las más triste y amarga. Fue partícipe de increíbles partidos por competiciones europeas, como el 7-0 al Benfica y el 4-0 a la Juventus, ambos en Balaídos, donde Gustavo era un puñal que dinamitaba a las defensas rivales por la banda izquierda.
En la temporada 2000\2001 -una de las más intensas del Celta- se proclamó campeón de la Intertoto en el verano de 2000, y casi un año después de iniciar esa larguísima temporada perdería la final de la Copa del Rey ante su ex equipo, el R. Zaragoza. Uno de los tragos más amargos para el argentino, pues él no estaba al cien por cien a causa de unos problemas físicos y no pudo ayudar como quisiera para evitar la derrota de su equipo. También es cierto que se rumoreó sobre la dejadez de algunos de sus compañeros por no cobrar el dinero que el club les adeudaba desde años atrás, aunque es difícil señalar culpables en un día tan triste como el de aquella final de Copa del 2001.
Con el Celta aún tendría que vivir la gloriosa época de Champions League con Miguel Ángel Lotina de entrenador, el mismo año que el equipo acabaría descendiendo a Segunda, ya con el serbio Radomir Antic al mando del equipo.
Gustavo ayudaría a su Celta a retornar a Primera por la vía rápida, pero en su retorno a la élite del fútbol español, el argentino no respondería al mismo nivel que antaño, pues su deteriorado estado físico le impedía dar un rendimiento notable durante un partido entero. La campaña 2006\07 sería la última del "Cuervo" como jugador del Celta.
Balaídos fue su santuario, un campo en el que Gustavo López era todo un ídolo. |
- Gustavo dejó el Celta de Vigo bajo el recuerdo de fantásticos años luciendo el dorsal "11" a la espalda. Pisando Balaídos, donde su gente, su afición, el celtismo que tanto le quería, le aclamaba constantemente.
El extremo argentino ,de raíces gallegas, se marchaba de Vigo completando un gran balance en su última temporada, y 238 partidos y 22 goles en toda su etapa como jugador celtiña, aparte de sus actuaciones en otras competiciones importantes.
Después de una estancia discreta en Cádiz, se quedaría sin equipo, y tras rechazar varias ofertas de Qatar, Estados Unidos e incluso Argentina, por motivos personales decidiría retirarse del fútbol.
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