- Llegamos al jugador número 100 de Fútbol Gallego, y para ello me he reservado a uno de los mejores delanteros de los años cuarenta y cincuenta. Fue el primer "Pichichi" del R.C.Celta en la Primera División, repitiendo galardón en su etapa como jugador del Real Madrid.
Se llamaba Manuel Fernández Fernández, aunque le llamaban "Pahíño", apodo que le puso Manuel de Castro Handicap, fundador del Celta. Formó parte de una brillante generación céltica que casi acaba con la celebración de un título, pero finalmente no pudo ser.
Nació en en San Paio de Navia, Vigo (Pontevedra), el 21 de enero de 1923. El atacante vigués provenía de una humilde familia y, aparte de jugar al fútbol, trabajaba los campos de los suyos. No tuvo una vida muy fácil que digamos.
- Comenzó destacando como jugador del modesto equipo Arenas de Alcabre, para después entrar a formar parte del Juventudes de Vigo. Cumplía con sus obligaciones familiares y requería algo de tiempo a sus padres para poder ir a la playa y jugar al fútbol con sus amigos. Eran malos tiempos y el joven Pahiño tenía que ayudar a su familia, fueron las consecuencias de los duros tiempos de la posguerra.
Acudía habitualmente a Balaídos con su padre y soñaba con ser un gran futbolista como los ídolos de aquella lejana época: Nolete, Quincoces, José Iraragorri, Scarone, Samitier, Torredeflot y Ricardo Zamora, éste último llegó a convertirse en su entrenador durante su época de jugador céltico.
Ya con 18 años tuvo la opción de marcharse al Salamanca, pero su madre no estuvo de acuerdo al no parecerle bien que su joven hijo se fuera tan lejos de casa. Entonces surgió una mejor oportunidad y, un año después, el Celta de Vigo se puso en contacto con él para ofrecerle la oportunidad de pertenecer al club. Su ingreso en la entidad olívica no fue sencillo, incluso hubo de intervenir un cura para que el joven atacante vigués vistiera los colores del equipo de sus ciudad, que de aquella comenzaba a disfrutar de sus primeros años en la categoría máxima desde 1939.
Su gran debut de celeste ocurrió en la campaña 1943\44, concretamente el 26 de septiembre de 1943. Baltasar Albéniz sería el entrenador que le ofrecería sus primeros minutos con la gran escuadra celeste. Fue en un difícil partido en el que el Celta se enfrentaba al Atlético de Madrid en el Metropolitano. No fue un debut muy grato que digamos, puesto que los vigueses saldrían derrotados de la capital por 7-0. Fue un duro palo para el joven delantero, que aquel día formó delantera con Mundo, Ardévol y Albérich.
Pero Albéniz vio algo especial en la forma de jugar de aquel muchacho que correteaba sin parar en busca de la posesión de la pelota, que buscaba el área con inteligencia y manejaba las dos piernas como un auténtico crack. El técnico celtiña siguió dándole continuidad a Pahiño, y éste se hizo esperar para marcar su primer gol, eso sí, una vez estrenó su cuenta realizadora ya no supo parar.
Pahíño en un derbi gallego con el Celta. |
Aquel año no se podría eludir el irremisible descenso de categoría, pero con el húngaro Carlos Platko en el banquillo, los célticos supieron regresar rápidamente a Primera División, en la que el delantero vigués anotó trece goles, convirtiéndose así , en la máxima referencia de ataque de la escuadra viguesa. En ese momento, surge el mejor delantero que tuvo el Celta.
Aún mejor serían sus siguientes años en el equipo, consiguiendo anotar quince goles en la campaña 45\46, diecisiete en la 46\47 y veintiún tantos en la 47\48, su última etapa en el Celta y la mejor de su carrera. En ese último año ofreció lo mejor de si mismo bajo las órdenes de aquel que en tiempos pasados fue uno de sus ídolos, el técnico Don Ricardo Zamora.
El Celta logró un histórico cuarto puesto en Primera División, el mejor obtenido a día de hoy y sólo repetido en el curso 2002\03. Además, el equipo consiguió llegar a la final de Copa en la que sucumbió ante un Sevilla superior pero que contó con mejor estado de forma, ya que en aquella final cayeron lesionados varios célticos y, como de aquella no se realizaban sustituciones, el Celta acabó con inferioridad numérica.
Pahiño resultaría expulsado en aquella aguerrida final de Copa y los chicos de Zamora, pese a demostrar su raza y valentía, se volvieron a Vigo con un trofeo de subcampeón que también fue bienvenido. Fue la guinda de una gran temporada, la última de Pahiño como jugador celtiña y la misma en la que ganó el "Trofeo Pichichi" merced a sus veintiún tantos.
Abandonó la entidad celeste para fichar por el Real Madrid, donde aún se haría más grande su figura. Pahiño también logró ser máximo realizador de la liga española con el Real Madrid, aparte de cosechar un titulo, algo que con el Celta jamás consiguió.
Pero la carrera de Pahiño no acabaría en el Madrid, pues también estuvo en el Deportivo de La Coruña, donde permaneció por dos años antes de fichar por el Granada para poner fin a toda una leyenda deportiva de uno de nuestros mejores delanteros de la historia del fútbol gallego.
Además de jugar para el Celta, Pahíño jugó para Real Madrid y Deportivo de La Coruña. |
- Sus números se resumen en 101 partidos y 69 goles con la elástica celeste y un título tan valorado por todos los delanteros de España como es el "Trofeo Pichichi", ejemplar que repetiría en su etapa vistiendo de blanco.
Manuel Fernández Fernández, "Pahiño", falleció en la madrugada del 12 de junio en Madrid a sus 89 años de edad. Dejó atrás en el recuerdo sus numerosos goles, los cuales sirvieron para que se erigiese como uno de los mejores delanteros de su época cuando vestía de celeste.
Es nuestro jugador número 100, un atacante con un gran remate, luchador, polivalente y muy veloz. Formó parte de unos de los mejores Celta de la historia: Pahiño, Retamar, Aretio, Hermidita, Miguel Muñoz... un equipo que hizo soñar a nuestra afición durante la década de los 40.
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