lunes, 20 de abril de 2020

¿Te acuerdas de Zamorita?



- Llamaba la atención ya desde niño con el balón en los pies. En el barrio vigués de Sárdoma fue apodado como "Zamorita", mote que le quedaría para toda la vida. Seguramente, si preguntamos a veteranos aficionados del Celta, estos le recordarán como uno de los hombres de oro de la historia del club de Balaídos, que destacó por los campos allá por la década de los años sesenta, cuando el Celta luchaba por abandonar el pozo de la Segunda División.

Manuel Rodríguez Rial tuvo una travesía larga por la categoría de plata, pues fueron diez años batallando contra otros equipos por alcanzar los puestos de ascenso a Primera, algo que con Zamorita en el equipo no llegó a ocurrir. Es la espina que debió quedarle clavada a este centrocampista vigués, que disputó varias promociones sin alcanzar el éxito deseado. Los que le vieron jugar, dicen que muchas veces lo hacía de extremo derecho, pero en ocasiones se convertía en el cerebro director del equipo, como ya hiciera en su época como jugador del Turista, en la etapa más gloriosa del club de Lavadores.

- Nacido en Baixada á Salgueira-Sárdoma (Vigo), el 19 de mayo de 1935, Zamorita era un tipo flaquito, menudo y muy veloz que poseía un gran golpeo de balón, sabía moverse por el campo actuando de extremo o bien de mediocampista, donde solía aprovechar sus excelentes virtudes de visión de juego. También solía encargarse de ejecutar todos los lanzamientos a balón parado debido a su capacidad atinadora, aportando más peligro, si cabe, a su completas características.
Zamorita debutó con el Celta tras el descenso a Segunda División, en la campaña 58\59. Sería el comienzo de un largo periodo en la categoría de plata española, llegando al Celta al igual que otros jóvenes jugadores del fútbol gallego, como Carlos, Galiñanes, Pepiño o Joaquín Álvarez. Bajo la dirección del técnico Yayo en el banquillo celtiña, Zamorita completaba una fantástica temporada 60\61 en la que sería el tercer máximo realizador del equipo con 7 tantos, sólo por detrás de Bayo y Gómez, ambos delanteros y con 9 y 22 goles respectivamente.

Pero en su primera campaña ya había realizado también cinco goles, destacando entre ellos el primer tanto conseguido con la zamarra celeste. Fue en un día de San Valentín, 14 de febrero de 1960, en un derbi gallego ante el Deportivo de La Coruña, en Balaídos. El gran Zamorita fusiló aquella tarde un pase de la muerte del porriñés Pintos, que se había internado por la banda. El Celta se adjudicaría el derbi ante su eterno rival por 4-0.

Precisamente, el Deportivo era un equipo que al volante vigués se le daba muy bien, pues uno de aquellos siete goles marcados en la temporada 60\61, sería ante el conjunto coruñés en Balaídos, Zamorita volvería a perforar la meta blanquiazul para darle de nuevo la victoria al Celta, esta vez por 3-0.
Lo cierto es que sin ser un delantero nato ni un goleador consumado, siempre dejó un buen número de goles por temporada, fruto de su calidad y del buen golpeo del esférico. Lástima que nunca pudo hacerlo en Primera División.

La gran trayectoria de Manuel en el Celta no se vio recompensada con el merecido ascenso la máxima categoría. Y estuvo cerca, ya que en sus dos primeras temporadas en el equipo se llegó a disputar la promoción, pero no se pudo superar a dos duros rivales, como de entonces eran el Real Valladolid y Real Oviedo.

En total, serían seis campañas en el R.C. Celta, en las que marcaría un total de 21 goles en 130 partidos de liga. Esta figura del barrio de Sárdoma vivió una de las etapas más tristes del Celta, que atravesó una grave crisis económica.

Pero Zamorita no acabaría bien el Celta de Vigo por culpa de la junta directiva de aquella época. El hecho de su procedencia, de una familia y barrio de índole humilde, hizo que el máximo mandatario del Celta se aprovechase. Venían jugadores de fuera que siempre cobraban más. Y cuando vinieron equipos de Primera con la intención de ficharlo, como fueron el Mallorca, Sevilla o Espanyol, la directiva siempre le cerró la salida por temas de contrato.

Al final aceptó una buena oferta del Deportivo de La Coruña , y se fue a la ciudad herculina, donde jugaría durante un año. En el equipo coruñés comenzó jugando bastante, pero sufrió una lesión de tobillo que frenó su participación. El Coruña acabó ascendiendo a Primera en esa campaña, e hizo un equipo muy potente.

Zamorita en una de las alineaciones del Celta (segundo agachad por la derecha).

- Pero Zamorita no debutaría en Primera finalmente, pues regresaría a Vigo para echar una mano al Turista, donde jugaría su última temporada antes de retirarse. Después de colgar las botas entrenó a varios equipos: Silva, Sárdoma, Tomiño o Rápido de Bouzas.

Como jugador, a lo largo de su carrera también jugó para equipos como el Real Avilés, Zeltia de Porriño, Carracido, Sporting Guardés, Gran Peña y Renfe Juvenil, pero nunca pudo competir en la división de oro española.
Es Manuel  "Zamorita" ejemplo de futbolista de clase nacido en la cantera viguesa, y es también ejemplo de lo que muchas veces sucedió en Vigo, valorar más lo que tiene fuera que lo de casa. En su época jugaron muchos futbolistas gallegos que sufrieron un final parecido, mientras, el equipo no sería capaz de lograr el ascenso a Primera hasta la campaña 1968\69.

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