lunes, 13 de abril de 2020

¿Te acuerdas de Juan Francisco Riveros?



- Recordaremos mejor a Riveros por una frase suya cuando llegó a Vigo y le respondió a un periodista: "Claro que soy oriundo español, mi padre era de Celta". Esta frase causó la simpatía de muchos aficionados celtiñas, ya que el paraguayo se explicó mal al tratar de explicar que su padre era vigués.

Todo este asunto vino a que el Celta había contratado en 1967 a dos oriundos españoles: el ya mencionado Juan Francísco Riveros Santos, y su compañero del Cerro Porteño, de donde procedían, Gabriel Lezcano.
Ambos tuvieron que esperar un tiempo para formalizar sus respectivos contratos, dado que la Delegación Nacional de Deportes no tenia aún autorizado la participación de oriundos en la Segunda División.

Riveros nació en Asunción (Paraguay), el 16 de mayo de 1946. Como quiso decir este interior diestro, su padre era un emigrante gallego que se instaló en su país de nacimiento en los tiempos de la Guerra Civil española.

Ahora sigamos entendiendo la operación de legalidad en cuanto a los nuevos fichajes célticos de aquella época: Riveros y su compañero Lezcano. Ambos vinieron asesorados por el intermediario de futbolistas, Arturo Bogossian, que se encargaba de mediar para los jugadores paraguayos en la liga española, razón por la que muchos acabaron jugando en España.

Riveros aclaraba siempre que su posición el en campo era la de interior y si era con el "10" a la espalda, mejor. Si se le ordenaba jugar de enlace, el lo hacía sin problemas, ya que estaba capacitado para ello pero lo suyo era la cercanía al área, donde más cómodo se sentía el de Asunción.

Mientras su compatriota Lezcano se adaptaba a la perfección y se convertía en un fijo, Riveros parecía gafado. Él vino con ilusión, pero una inoportuna lesión se cruzó en su camino. Cuando Juan Francísco se recuperó, el equipo ya estaba más que moldeado, ya había un once fijo y jugadores en mejor forma que lograron incluso llegar a las semifinales de la Copa. Aún así, Riveros mostró su valía y sobre todo ese olfato goleador que le caracterizaba, ya que anotó 5 goles en 6 partidos, dos de ellos al Racing de Ferrol.

En la temporada 68\69, comienza siendo titular, pero a raíz de una derrota frente al Sevilla por 3-1, Iñaki Eizaguirre, entrenador céltico de aquella, decide apartarle del equipo. A comienzos de febrero de 1969, el Celta ficha a una promesa del Granada, Rafael Almagro y esa es la causa por la que Riveros abandonaría el Celta.
Sería Guijarro, otro intermediario de futbolístas, quien negoció con el Celta por Almagro recibiendo así una cantidad de dinero y llevándose consigo los derechos federativos del punta paraguayo para ingresar en un club vecino 24 horas después, el Pontevedra.

Juan Francisco Riveros abandonaría la disciplina celeste con unos números de 14 partidos en los que celebró 9 goles, sin llegar a poder disfrutar de ese ascenso a Primera División tan perseguido por el Celta a lo largos de los años sesenta. Sin embargo, el paraguayo competiría de repente en la categoría máxima gracias a su fichaje por el club pontevedrés, que vivió sus mejores años como equipo de fútbol.

Plantilla del Celta en la temporada 68\69, de la que inicialmente formó parte Riveros.

- En Pontevedra permanecería dos años marcando sólo un gol en 16 partidos jugados en la Primera División española, y se marchó en 1970 para jugar en el Olimpia de Asunción, de su país de origen. Los números de Riveros fueron mejores en Vigo que en Pontevedra, aunque tampoco triunfó en España como pudo esperar el interior derecho.

Se le perdió la pista por aquella Galicia a la que decía pertenecer por sangre paterna. Llegó a defender los colores de dos clubes gallegos, pero acabó su carrera deportiva en su país natal, de donde salió un día en busca de un sueño como deportista.

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