viernes, 27 de marzo de 2020

¿Te acuerdas de Antonio Ameijenda?



- No es un oriundo gallego, pero podría haberlo sido, ya que aterrizó al otro lado del charco cuando tenía seis meses de vida. Afincado a día de hoy en el barrio de San Telmo (Buenos Aires), sigue en ese país hermano que le enseñó lo básico sobre el fútbol para acabar triunfando lejos de su España natal.

Casi todo se lo debe a Argentina, puesto que por su país solo pasó para probar suerte en el Salamanca, así como también lo intentó en Francia. Es una leyenda del San Lorenzo de Almagro, aquel al que muchos apodaban cariñosamente "el Tano" por sus orígenes gallegos, escondidos por un claro y lógico acento argentino.
A lo largo de su carrera también jugó para Estudiantes de la Plata, Gimnasia y Esgrima y Huracán. No fue internacional, ni por la selección española ni con la albiceleste, aunque se ganó un gran prestigio como futbolista.

Ameijenda como jugador del Salamanca.
- Antonio García Ameijenda nació el 10 de febrero de 1948 en Cabanas (A Coruña). Apenas duró un suspiro su estancia en la Galicia natal, ya que su familia padeció las consecuencias del franquismo, por lo que su madre y su abuela optaron por abandonar un país en crisis para huir de la miseria en aquellos tiempos oscuros para todos los ciudadanos gallegos.
Finales de los años cuarenta. La familia García Ameijenda aterrizaría en Argentina para buscarse un futuro mejor. Antonio fue creciendo en Buenos Aires, correteando junto a otros chavales detrás de un balón, de goma, cuero, trapos o lo que se terciase. Campos de fútbol siempre tenían para pasar el rato, y así es como Antonio fue configurándose como un gran centrocampista con orientación atacante, desarrollando imaginación y talento en aquellos tiempos en los que para algunos no había televisor.
La familia tenía que trabajar para que no faltase comida en la mesa, y al joven Ameijenda le tocaría arrimar el hombro hasta que un buen día se dio cuenta de que podía vivir de ello, y se dijo a sí mismo: "¡Voy a ser futbolista!".

El San Lorenzo tocó su puerta, y un Antonio que se hallaba como pluriempleado pudo centrarse únicamente en su pasión para sobrevivir y al mismo tiempo cumplir sus sueños con uno de los mejores equipos que tuvo el San Lorenzo a lo largo de su historia.

Dejó todo para ser futbolista y se enroló en las filas del San Lorenzo de Almagro. A partir de entonces cambiaría su vida, destacando dentro de un plantel de ensueño al que muchos apodaban "La Computadora", por su estilo de juego.
Aquel también denominado "Ciclón", conquistaría cuatro campeonatos nacionales, para figurar en la historia como uno de los jugadores del conjunto bonaerense capaz de acumular un mayor número de títulos, junto a otros talentos como Irusta, Villar o Cocco.

Su primera etapa en la entidad de Boedo duraría ocho años, antes de tomar la decisión de volver a cruzar el charco para plantarse en Francia y así fichar por el Red Star parisino, donde estuvo muy poco tiempo.

Aprovechando la cercanía, Ameijenda pensaría en jugar en España, aunque finalmente volvería a Argentina para volver a defender a San Lorenzo en una segunda y última etapa. Tras representar también a Estudiantes de La Plata a mediados de los setenta, "El Tano" retornaría a su España natal.

No fichó por un Madrid o un Barça, aunque sí por un Salamanca que se hallaba entre los grandes de la Liga Española. Se pudo a las órdenes de José Luis García Traid, un técnico maño que apostaría por su talento.
Debutó en la categoría máxima el 7 de septiembre de 1975, en un partido en el que dio la victoria a su equipo ante el Athletic de Bilbao, merced a un acierto desde los once metros. Fue el único tanto de la campaña 1975\76, al que le seguirían otros seis goles en sus tres años con el conjunto charro.

Antonio Ameijenda participaría en un total de 62 encuentros de la Liga Española, abandonando la disciplina de El Helmántico para volver a su país de adopción, donde encontraría acomodo en el Club Huracán.

Ameijenda fue leyenda en el San Lorenzo de Almagro (tercero agachado por la derecha).

- Para el equipo de Parque Patricios jugaría durante unos meses, hasta que se fue al Gimnasia y Esgrima para terminar con su carrera deportiva en 1979, ya saciado de una carrera deportiva plena de éxitos con el San Lorenzo, el equipo que marcó sus primeros pasos como futbolista y en el que se convirtió en leyenda.

Posteriormente ejerció como asistente técnico, siempre cerca de ese aroma a césped del que nunca se quiere alejar un buen futbolero. Antonio García Ameijenda lo es, aunque más en Argentina que en su Galicia natal. Es curioso que nunca jugó para algún equipo de su tierra.

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