- Cuando sólo contaba con catorce años de edad, Vico, un ojeador del Real Madrid, se lo llevó al club merengue para realizar unas pruebas de selección bajo la supervisión de Luis Molowny en la vieja Ciudad Deportiva. Fue a causa del entusiasmo que generó con sus maneras de central infantil con la selección gallega.
Juan Carlos Mandiá Lorenzo, en todas sus temporadas con el Castilla (denominación de la cantera madridista por entonces), se desenvolvió perfectamente en la Segunda División. Fue un fijo en el once del filial madrileño, aunque sólo pudo jugar en dos ocasiones con el primer equipo.
Nacido en Alfoz (Lugo) el 17 de enero de 1967, salió joven de su Galicia natal en busca de un sueño como futbolista. No tardaría en conocer el fútbol de élite, llegando a jugar para clubes como el Celta, Espanyol y Logroñés.
- Debutó con sólo diecisiete años en la Primera División española, el 9 de Septiembre de 1984 con el Real Madrid C.F. y en El Molinón, contra el Sporting de Gijón. Fue en un partido correspondiente a la segunda jornada de liga que finalizó con empate a uno. El lucense jugó el partido por completo. Su debut se produjo por aquella famosa huelga de jugadores profesionales que afectó a la liga en la temporada 1984\85. La alineación de aquel Real Madrid en el que jugaba Juan Carlos aquel día de tales circunstancias era la siguiente: Canales, Eusebio, Mandiá, Geni, Clemente, Fuentes, Salmerón, Fernando, Bugallo, Losada y Leonardo. Sólo dos de los citados pueden sonarle de algo al celtismo, Losada y Mandiá, ya que ambos terminarían jugando en el R.C. Celta aunque no al mismo tiempo.
Años después, Mandiá volvería a jugar un partido con el primer equipo madridista y con los titulares. Esta vez con Ochotorena, Camacho, Aragón, Aldana, Jankovic, Llorente, Maceda, Gallego y Santillana. Curiosamente, ese único partido sería ante el Celta, en el estadio de Balaídos.
Su siguiente destino sería Barcelona, para jugar con el Espanyol durante una temporada. Allí completaría 21 partidos sin realizar un gol, pero adquiriendo más experiencia en un equipo que acabaría perdiendo la categoría.
Tras su etapa como jugador perico, Mandiá firmó por cuatro temporadas con el Real Club Celta de Vigo, donde llegó a ser uno de los baluartes de la defensa gallega, formando habitualmente con Espinosa, Atilano o Cantero.
Jugó un total de 91 partidos como celeste y llegó a anotar un gol, el 26 de Enero de 1992, en Balaídos. El partido acabó con empate a uno frente al Castellón. Mandiá adelantó al Celta de penalti y el club castellonense puso el empate definitivo en el marcador. Pese a este tropiezo, el conjunto olívico acabó como campeón aquella campaña.
Las cuatro temporadas en Vigo precedieron a su llegada a Las Gaunas, donde jugaría con el C.D. Logroñés sus dos últimas temporadas en Primera División. Con los riojanos jugó 53 partidos en total, sin anotar goles.
En 1995 fichó por el C.D. Toledo de Segunda División, equipo en el que permaneció durante dos temporadas. En la temporada 1997\98 fichó por el Córdoba C.F., de Segunda División B. En su primera temporada con el club blanquiverde, el equipo quedó en el sexto lugar.
Pero en su segundo año con los andaluces, Mandià logró el ascenso a la categoría de plata. El equipo había quedado tercero en la liga regular y ascendió en la promoción de ascenso. La temporada 1999\2000 en el club cordobés, fue la de su retirada en activo como jugador profesional.
De esta manera, Mandiá concluyó una carrera deportiva como futbolista habiendo participado en un total de 88 partidos en la máxima categoría. El Celta fue el equipo que más años representó, el único club gallego para el que jugó como profesional.
Mandiá celebra el único tanto que pudo hacer como jugador del R.C. Celta de Vigo. |
- Un dato ejemplar sobre Juan Carlos Mandiá, es que durante su trayectoria como jugador aprovechó para sacarse el carnet de entrenador. Comenzó con la cantera del Real Madrid para pasar posteriormente a entrenar al C.D. Logroñés, donde también había sido jugador. También entrenó a Hércules, Tenerife, Sabadell, Alavés y Racing de Santander.
Mandiá no fue precisamente uno de esos cracks que han militado en la Liga Española. De lo que sí puede presumir es de haber sido uno de los 46 jugadores lucenses que han podido competir en Primera División.
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