- Hablar de Herminio González Otero es casi hablar de la década más oscura del R.C. Celta, la década de los sesenta. Y es que de todos los jugadores que haya tenido el Celta y hayan militado en el club durante al menos una década, a Herminio es al que le ha tocado bailar con la más fea. A este poderoso defensor de gran brega y gran ingenio táctico le tocó pasar casi toda su estancia en la Segunda División española, coincidiendo con malos momentos deportivos y económicos.
Este idolatrado futbolista que acabó su carrera en la Cultural Leonesa, nació el 19 de marzo de 1940 en la localidad orensana de O Carballiño. Su hermano José también jugó al fútbol, en un Pontevedra que viviría sus últimos años en Primera.
- La entidad viguesa, después de varios años atravesando por una auténtica crisis económica, quedaba a flote, anunciándose en la asamblea que la deuda total no llegaba a los dos millones de las antiguas pesetas. Tras concederse varias bajas importantes, aparte de Herminio llegarían otros jóvenes futbolistas para alcanzar un proyecto de futuro óptimo.
La primera campaña del joven zaguero gallego, que contaba con 20 años de edad, fue más que aceptable, pues participaría en un total de 26 partidos a las órdenes del francés Louis Hon y Aretio, los dos técnicos que tuvo el Celta en la temporada 61\62. Solamente Téllez le superaba en participaciones (28).
Herminio se adaptó a la perfección al club y a la ciudad nada más llegar, y siempre destacó durante sus actuaciones por aquella manera incansable de batallar los partidos, algo que entre el público gusta ver y reconocer. Repetiría idénticos números en la siguiente campaña, 26 partidos jugados formando en zaga con jugadores como Las Heras, Igoa, Larrea o Tucho, y obteniendo los mismos resultados de cara a alcanzar el deseado ascenso, superviviendo los difíciles momentos de la era oscura celtiña.
En la campaña 1953\64, con Joseíto como entrenador, su participación en el equipo sería menor, pero siempre rindiendo con efectividad y luchando por su equipo hasta el pitido final de cada contienda. De todos modos, recuperaría el protagonismo ya en el siguiente ejercicio, cuando el club quiso purificar un poco el vestuario, quedándose sólo con los jugadores que se les apreciara más comprometidos con el Celta, y sin duda alguna, Herminio estaba entre esa lista de futbolistas fieles al escudo.
Pasaban los años y el Celta seguiría sin lograr el tan anhelado ascenso, que ya comenzaba a ser algo más que una obsesión para celtismo, club y jugadores. Herminio seguiría siendo un hombre clave en la defensa, pero el conjunto vigués no hallaba fortuna alguna en su cometido de subir a Primera.
Pero en la temporada 68\69 llegaría el premio para la afición y en especial para nuestro protagonista, que desde su llegada al club no hizo otra cosa que luchar con empeño por satisfacer al respetable de Balaídos, algo que consiguió junto a sus compañeros en la última jornada de aquel curso, frente al Real Valladolid en Balaídos. Fue un día inolvidable en el que se superaba el gafe de la permanencia en la categoría de plata para regresar a primera tras una década muy dura para la historia del R.C. Celta.
Los Hermnio, Manolo, Bermúdez, Abel, Lito, Hidalgo, Pocholo y compañeros, todos ellos bajo la dirección del vasco Iñaki Eizaguirre, rompieron aquella maldición y encararían con ilusión el regreso a la máxima categoría.
Entonces, en la temporada 69\70, la misión no era otra que mantenerse en Primera, enfrentándose a rivales de mayor nivel al que el equipo estaba acostumbrado. Pero al zaguero orensano pareció no afectarle mucho el cambio de categoría, pues si en tantas veces en Segunda había completado 26 partidos cada campaña, en Primera no iba a ser menos, y por quinta vez disputaría los mismos partidos, un dato estadístico un tanto curioso.
El Celta lograría mantener el tipo en la máxima categoría del fútbol español y, Herminio, ya con casi 30 años de edad, afrontaría su última campaña defendiendo la camiseta celeste. En aquel curso 1970\71, Herminio solamente jugaría seis partidos de Liga.
Apreciamos a Herminio en una formación del Celta, el primero por la fila de pie desde la izquierda. |
- Jugaría su último partido en Balaídos ante el C.D. Málaga, el 10 de Enero de 1971. Aquella fría tarde de Enero sería el final de un capítulo de la vida de este legendario defensor, que dedicó diez años de su vida en cuerpo y alma para defender con orgullo los colores del club vigués.
Herminio abandonaría el terreno de juego con el duro recuerdo de diez difíciles años en los que la mayoría de ellos dedicó a buscar el cotizado ascenso a Primera. Pero también se marcharía del campo dejando la sensación de haber cumplido con su trabajo a la perfección y, además, al término del campeonato, con la primera clasificación del Celta para disputar la Copa de la UEFA. Tras muchos años en la disciplina olívica, Herminio afrontaría la parte final de su carrera jugando con la Cultural Leonesa en Segunda División.
No hay comentarios:
Publicar un comentario