lunes, 23 de diciembre de 2019

De cerca: Borja Iglesias.



- Demasiada sería la competencia en Primera División con delanteros de la talla de Iago Aspas y Maxi Gómez, que en el curso 2017\18 hicieron 22 y 18 goles respectivamente. Tampoco se queda atrás Borja Iglesias Quintas, quien ya en su etapa como jugador del Celta B hizo un gran número de tantos, aunque más tendría que decir en Segunda con el Zaragoza, para el que firmó 22 tantos antes de recalar en el R.C. Deportivo Espanyol.

Saber que en el Celta no pasaría de ser un jugador de banquillo, Borja no quiso guardar su gol sentado junto a los suplentes y prefirió estudiar otras ofertas de conjuntos de la máxima categoría, en la que anteriormente ya debutó con el club olívico.

Borja salió del filial del Real Club Celta.
- Borja nació el 17 de enero de 1993 en Santiago de Compostela (A Coruña). Gran parte de su estancia en Vigo se basó en jugar para el equipo filial celeste, en el que formó un equipo dominador de la Segunda B, al que bautizaron como el "Panda Team". Los de Alejandro Menéndez no pudieron alcanzar el ascenso a la Segunda División, pero el atacante santiagués dejó muestras de su facilidad anotadora.
Se trata de un delantero de perfecta estatura (1´87) y grandes condiciones físicas. Es un nueve rápido, buen cabeceador, con gran manejo del balón y muy oportunista.
Con catorce años entró a formar parte del sistema juvenil del Valencia C.F., de donde pasaría al fútbol base de La Roda Club de Fútbol. Allí empezaría a sorprender por su facilidad goleadora, dejando al equipo en quinta posición contribuyendo con una quincena de goles. Fue entonces cuando la directiva del Villarreal se interesó por la joven promesa gallega, que a partir de 2011 empezaría a entrenar con el equipo filial del club amarillo. En Villarreal permanecería hasta los primeros días del mes de julio de 2013, momento en el que decidiría retornar a su Galicia natal para fichar por el Real Club Celta de Vigo.

Iglesias se incorporó al equipo filial celtiña, entrenado por entonces por David De Dios, quien desde su llegada al equipo le concedería la confianza para ser el delantero del Celta B durante el ejercicio 2013\14. En Barreiro se desataría como un buen goleador, jugando al lado de otras promesas del fútbol gallego como Rubén Blanco, David Goldar, Borja Fernández y Yelko entre otros.

El equipo de mayores afrontaba su segundo año en Primera tras ascender en 2012, mientras Borja marcaba sus trece primeros tantos para el conjunto de Barreiro. Tampoco pasaría desapercibido su segundo año, en el que el delantero firmaría diecisiete tantos para consolidarse como uno de los mejores delanteros de la Segunda B.

Su magnífico estado de forma ayudó a que el Celta B mantuviese el tipo en la categoría. Es más, gracias a los goles de Borja y el buen juego de las jóvenes perlas viguesas, el equipo se mantuvo como un firme aspirante para ascender a la categoría de plata.
Mientras, el primer equipo era entrenado por Berizzo, quien en ocasiones le permitiría entrenar con los profesionales, además de tener alguna aparición en partidos amistosos durante la campaña 2014\15.

- Pero su gran momento no tardaría en llegar. Precisamente a lo largo de aquella exitosa campaña, Eduardo Berizzo le convocaría el 3 de enero de 2015 para afrontar un partido de Liga en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla. La tempranera expulsión de Carles Planas hizo que el técnico argentino precisase de los servicios de un delantero para remontar un resultado adverso por 1-0.
Nada pudo hacer Iglesias por remediar aquella derrota que no pasaría de aquel tanto marcado por el sevillista Nico Pareja. El Celta dejó muy buena imagen en un partido muy dificultoso en el que el ariete gallego poco pudo mostrar en sus primeros doce minutos en la Primera División española, en la que no volvería a jugar como jugador de la escuadra viguesa.
Sí tendría una nueva oportunidad en enero del año siguiente, en un partido de Copa ante el Cádiz en el que pudo disputar casi una parte entera. Los chicos de Berizzo lograron una cómoda victoria ante los andaluces imponiéndose por 2-0 con los tantos de Guidetti y Drazic. Quien no pudo estrenarse como goleador fue Borja Iglesias, una faceta que luciría al año siguiente con el equipo filial, para el que marcaría 32 tantos al término del curso 2016\17. Fue el año del "Panda Team", en el que Borja Iglesias creció tanto que muchos equipos empezarían a preguntar por él. El Celta B no lograría el ascenso a Segunda División, pero Borja iniciaría la campaña 2017\18 como miembro del primer equipo.

Pero en el Celta ya no estaba Berizzo, quien le había dado sus dos oportunidades con el Celta en Liga y Copa. Al banquillo celeste llegaría Juan Carlos Unzué, quien durante el transcurso de la pretemporada declaró no contar con los servicios del joven santiagués.

Borja Iglesias agradeció el gesto del míster navarro y decidió escuchar ofertas para jugar cedido en otros equipos. De ahí surgiría el interés del Real Zaragoza, al que se incorporaría el 6 de julio de 2017 para entrenar a las órdenes de Natxo González.
Lo cierto es que en sus años como jugador celeste tuvo complicado contar con un hueco en la primera plantilla. Jugadores como NolitoSanti MinaLarrivey o los ya citados Aspas y Maxi Gómez no se lo pusieron nada fácil, algo que no ocurriría en Segunda con el Zaragoza.

Borja Iglesias concluyó el ejercicio 2018\19 con diecisiete goles para el Espanyol. 

- En La Romareda fue feliz, y siempre lo manifestó así durante su único año como jugador zaragocista. Con el conjunto maño hizo una temporada espectacular. Marcó goles de todos los colores y se colocó en la tabla como tercer máximo anotador de la Liga Adelante gracias a sus 22 dianas. Solo Mata y Raúl De Tomás quedaron por delante del gallego.

Concluyó el ejercicio 2017\18 sin el premio del ascenso a la máxima categoría, a la que Borja Iglesias regresaría, aunque no como celeste. El atacante se mostró reacio a continuar en Vigo y lo dejó claro antes de que Antonio Mohamed llegase al banquillo de Balaídos, por lo que Carlos Mouriño empezaría a escuchar ofertas por el jugador.
Borja se dejó querer por varios clubes, algo que disgustó al presidente del Celta, que contaba con él para cerrar la delantera celeste de cara a la siguiente campaña. Finalmente fue traspasado al Espanyol por diez millones de euros, equipo con el que volverá a jugar en la élite del fútbol español.

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